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Derecho al salario justo y digno: qué es y su importancia

16/10/2024

El crecimiento económico solo es inclusivo y sostenible cuando los colaboradores reciben salarios justos, y las empresas prosperan cuando a quienes forman parte fundamental de su base diaria, les va bien. Asegurarnos de que los empleados ganen un salario digno ayuda a sostener las economías y fomenta el crecimiento. Además, es simplemente lo correcto para una empresa que se basa en el respeto de los derechos humanos.

¿Qué es el salario justo?

El salario justo es aquel que compensa adecuadamente el trabajo realizado por el empleado, teniendo en cuenta factores como la experiencia, las habilidades y el tiempo dedicado. Pero, más allá de un valor numérico, un salario justo también debe cubrir las necesidades básicas de una persona: alimentación, vivienda, salud, educación y una cantidad mínima de ahorro para emergencias. En este sentido, el salario justo se enfoca en la equidad y en garantizar que los colaboradores puedan mantener una calidad de vida aceptable.

Un salario justo también implica que el pago sea equitativo en relación con el mercado. Esto significa que, independientemente del género, la raza o la ubicación geográfica, una persona que realiza el mismo trabajo bajo las mismas condiciones debería recibir una compensación similar. De esta manera, se fomenta la igualdad y se elimina cualquier discriminación salarial injustificada.

Importancia de tener un salario digno

Brindar un salario digno no solo asegura que tus empleados puedan cubrir sus necesidades básicas, sino que también se ven impactados, de manera positiva, su bienestar emocional, físico y mental, ya que un colaborador que recibe una remuneración justa tiene mayor motivación, compromiso y lealtad hacia la empresa.

Además, la percepción de recibir un salario digno refuerza el sentido de justicia dentro del entorno laboral. Los empleados se sienten valorados, lo que reduce la rotación y aumenta la productividad. 

Por otro lado, un salario digno es clave para una economía saludable. Cuando los empleados tienen acceso a ingresos que cubren sus necesidades, hay mayor capacidad de consumo, lo que impulsa la economía local y global. Además, disminuye la presión sobre los sistemas de apoyo social, como subsidios o ayudas gubernamentales.

Asimismo, desde el punto de vista ético, garantizar un salario digno es una de las formas más importantes de respetar los derechos humanos. En una sociedad justa y equitativa, todas las personas deberían tener la posibilidad de vivir con dignidad gracias a su trabajo.

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¿Qué dice la ley sobre los salarios justos?

A nivel internacional y local, hay diversas normativas que protegen el derecho al salario justo. En muchos países, existen leyes que establecen un salario mínimo, es decir, la cantidad mínima que una empresa debe pagar a sus empleados por su trabajo. En México, por ejemplo, la Ley Federal del Trabajo establece el salario mínimo general y profesional, con el fin de garantizar que ningún trabajador reciba una cantidad por debajo de lo necesario para cubrir sus necesidades básicas.

Además del salario mínimo, otras leyes relacionadas con los salarios justos incluyen la igualdad de pago por trabajos iguales. Esto significa que las empresas no pueden pagar menos a una persona por su género, raza, religión o cualquier otro factor discriminatorio. Este principio de igualdad salarial es fundamental para combatir la brecha de género, que sigue siendo un desafío.

En el ámbito internacional, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece en su Convenio 131 el principio del salario justo y digno. Este convenio, ratificado por muchos países, promueve la adopción de medidas para garantizar salarios que permitan un nivel de vida adecuado.

Las empresas que no cumplen con estas leyes enfrentan sanciones y multas. Por lo tanto, garantizar un salario justo no solo es una cuestión de responsabilidad social, sino también de cumplir con las normativas laborales vigentes.

¿Qué pasa con los salarios no dignos?

Cuando los salarios no son dignos, las consecuencias son amplias tanto para los colaboradores como para las empresas y la sociedad en general. En primer lugar, un empleado que no recibe un salario adecuado enfrenta dificultades para cubrir sus necesidades básicas, lo que puede llevar a situaciones de estrés, ansiedad y depresión. Además, las personas en esta situación suelen tener menos acceso a servicios de salud, educación y vivienda adecuada, lo que perpetúa un ciclo de pobreza.

Desde el punto de vista empresarial, pagar salarios no dignos puede resultar contraproducente. Los empleados mal remunerados tienden a ser menos productivos, están menos motivados y tienen una mayor probabilidad de buscar empleo en otra empresa. Esto genera una alta rotación de personal, lo que implica costos adicionales de reclutamiento y entrenamiento para la empresa. A largo plazo, el ahorro en salarios puede convertirse en una pérdida significativa.

En términos sociales, los salarios no dignos afectan la economía en general. Al no tener suficiente poder adquisitivo, los trabajadores no pueden contribuir al crecimiento del mercado interno, lo que frena el desarrollo económico del país. Además, genera una mayor dependencia de los programas de asistencia social, lo que carga aún más al sistema público.

Garantizar que los trabajadores reciban una remuneración adecuada es una responsabilidad compartida entre gobiernos, empresas y la sociedad en general. En Pluxee, contamos con soluciones que permiten a las empresas complementar los salarios con incentivos y beneficios adicionales. Juntos, podemos crear un entorno laboral más justo, en el que cada trabajador se sienta valorado y respetado. 

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